El Gobierno Nacional suspende los aumentos de gas, luz y combustible previsto para Julio
La medida se tomó para no sobrecalentar la inflación.
En un movimiento destinado a aliviar la presión sobre el costo de vida, el Gobierno de Argentina decidió dar marcha atrás con los aumentos previstos en las tarifas de luz y gas para el mes de julio, así como también suspendió ajustes en el impuesto a los combustibles. La medida fue anunciada por fuentes oficiales y busca sostener la recuperación del poder adquisitivo de la población en un contexto económico desafiante.
Inicialmente, se había planeado un incremento del impuesto a los combustibles del 115%, con un efecto estimado de aumento del 18% en el precio en surtidor en la Ciudad de Buenos Aires. Esta medida se pospuso para evitar mayores presiones inflacionarias, especialmente durante el invierno, cuando aumenta el consumo de gas y electricidad.
En cuanto a las tarifas de luz, los aumentos programados se suspendieron para todos los consumidores residenciales durante el mes de julio. Esto incluye a los usuarios de diferentes categorías: N1 (ingresos altos), N2 (ingresos bajos) y N3 (ingresos medios). Por ejemplo, los usuarios de N1, que representan aproximadamente 1.5 millones de hogares, verán sus tarifas mantenerse en el nivel de junio, evitando así un incremento del 23%.
Para los usuarios N2 y N3, que son cerca de 1.9 millones y 1 millón respectivamente, se había planificado un aumento considerable del 99% y 156% en sus facturas de electricidad. Esta decisión gubernamental permitirá que estos hogares paguen el mismo monto que en el mes anterior, siempre y cuando su consumo se mantenga constante.
En el caso del gas, los consumidores también se beneficiarán de la suspensión de los aumentos previstos para julio. Se había estipulado un aumento del 9.2% para el segmento N1, del 33% para el segmento N2 y del 10% para el segmento N3. Esta medida asegura que los usuarios paguen las mismas tarifas que en junio, siempre y cuando no aumenten su consumo.
Además de estas acciones, el Gobierno había modificado recientemente los topes de consumo subsidiados y las bonificaciones para los usuarios de ingresos bajos y medios, como parte de un proceso de transición hacia un sistema de subsidios más focalizado.
Esta decisión forma parte de los esfuerzos del Gobierno para manejar las tensiones económicas y asegurar que los ajustes en las tarifas sean sostenibles y justos, considerando el contexto económico actual y la necesidad de proteger el poder adquisitivo de los ciudadanos.
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