Colaboración comunitaria: Filo del Sol y vecinos de Angualasto impulsan el arbolado público en el pueblo
En el mes de agosto, la comunidad de Angualasto, junto con representantes de la empresa minera Filo del Sol, protagonizaron una reunión significativa en la iglesia del pueblo. En el encuentro, que contó con la presencia de Julián Ortiz, coordinador de la empresa, y María José Guillermain, encargada de relaciones comunitarias, se discutió la posibilidad de realizar una contribución tangible al desarrollo de la localidad.
Durante la reunión, surgieron diversas ideas de mejoras para el pueblo, como la ampliación de la plaza y de los baños en zonas turísticas, así como el reconocimiento de sitios de interés para atraer más visitantes. Sin embargo, una de las propuestas más destacadas fue la de mejorar el arbolado público, con el objetivo de embellecer el distrito y proporcionar sombra en los calurosos meses de verano, además de mitigar el impacto de los fuertes vientos que caracterizan a la región.
A pesar de que la contribución en este ámbito no es una obligación directa para una empresa minera, la iniciativa fue bien recibida tanto por los vecinos como por la empresa, y rápidamente se comenzó a ver los frutos. Tan solo unas semanas después, el 9 de octubre, Ortiz y Guillermain convocaron nuevamente a la comunidad, esta vez con una grata sorpresa: llegaron con árboles listos para ser plantados.
La jornada de plantación se convirtió en un evento comunitario, donde participó no solo la empresa Filo del Sol, sino también representantes de la municipalidad, personal de la unión vecinal y miembros de Gendarmería. En una sola mañana, se plantaron 33 nuevos árboles, entre sauces y álamos, que con el tiempo brindarán sombra, frescura y un toque verde al paisaje de Angualasto.
Este esfuerzo conjunto no se limitó a la entrega de plantas, sino que los mismos representantes de Filo del Sol se arremangaron para trabajar codo a codo con los vecinos. Julián Ortiz, en particular, destacó por su compromiso al operar personalmente una máquina para abrir los agujeros necesarios para la plantación de los árboles.
La iniciativa ha sido recibida con gran entusiasmo por parte de los habitantes de Angualasto, quienes reconocen que no se trata de un logro individual, sino del esfuerzo colectivo de la comunidad y la empresa, con el respaldo de las autoridades locales. Este proyecto no solo embellece el pueblo, sino que apuesta por el futuro, con la esperanza de que estos árboles, cuidados y regados con dedicación, crezcan y se conviertan en símbolos de colaboración y sostenibilidad para las próximas generaciones.
La plantación de estos árboles representa un paso significativo hacia la mejora de la calidad de vida en el pueblo y refuerza los lazos entre la comunidad, el sector privado y las instituciones locales. Angualasto, ya reconocido por su belleza, se proyecta como un ejemplo de cómo las alianzas entre vecinos y empresas pueden generar un impacto positivo en el entorno y en la vida diaria de sus habitantes.
Comentarios