La copa del ascenso llegó a la Difunta: jugadores y cuerpo técnico le agradecieron al ritmo del «Verde se va de la B»

«El Verde se va de la B, el Verde se va de la B», se escuchaba a viva voz en lo alto del paraje de la Difunta Correa. El arquero Mati Borgogno, con la copa del ascenso en mano, encabezó los cánticos en medio de una promesa de todo San Martín hacia la santa popular. Antes de arribar a Concepción, jugadores y cuerpo técnico se detuvieron unos 20 minutos en Vallecito y subieron, abrazados y otros eufóricos, las escalinatas para cumplir.

Que se iban a detener en la Difunta, que iban a subir a prenderle velas y a dejarle algunos souvenirs, pocos lo sabían. De hecho, los hinchas que se encontraban en el lugar habían ido de manera particular a cumplir sus promesas. Claro que la sorpresa fue total cuando aparecieron dos motos de la policía y una camioneta, las movilidades que venían custodiando al colectivo verdinegro desde el control fito sanitario.
Las banderas empezaron a flamear y las canciones se empezaron a escuchar. El DT Raúl Antuña y sus discípulos fueron los primeros en bajar. Después lo siguió Borgogno con la Copa en mano. Todos juntos, como en caravana, empezaron a subir a pie hasta llegar a la imagen de la Difunta.
Zacaría fue uno de los jugadores que dejó su camiseta. Otros prendieron velas y se quedaron con la mirada perdida en ella, la santa popular que se transformó en una especie de cábala durante la temporada que terminó con el ascenso a Primera.
«Vinimos a cumplirle», expresó Antuña, aunque anticipó, al igual que Ezequiel Montagna, que se preparan para ir a pie a Vallecito entre el miércoles y jueves.

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